La proctología es otra de nuestras especialidades más demandadas

Título Aquí

Clínica Los Álamos es un centro multidisciplinar y eminentemente quirúrgico, siendo una de sus especialidades la proctología. Concretamente, estamos hablando de una parte de la cirugía que estudia la patología de la zona anal.

Por su frecuencia y por las molestias que producen en los pacientes son causa muy frecuente de consulta con el cirujano. Muchas veces sólo necesitarán tratamiento médico pero cuando requieren cirugía estas intervenciones deben ser realizadas por especialistas en cirugía de esta área, es decir, cirujanos coloproctólogos.

Cabe destacar que nuestro especialista en la materia es el Dr. Francisco Mateo Vallejo, que aporta al respeto interesantes consideraciones afirmando que “gran parte de esta patología depende de una inadecuada alimentación por baja ingesta de fibra lo que produce estreñimiento crónico, asociado al stress y al sedentarismo de la vida moderna”.

Por otro lado, es importante recalcar que las patologías más frecuentes del área proctológica son:

Las hemorroides

La fisura anal

El absceso

La fístula perianal

Menos frecuentes pero mucho más graves son las enfermedades de transmisión sexual con afectación anal, el cáncer de margen y canal anal y la patología inflamatoria intestinal con afectación perianal.

HEMORROIDES

Es la enfermedad anorrectal más frecuente. Por encima de los 50 años la mitad de la población la ha presentado de alguna manera.

Las hemorroides son unas estructuras localizadas en el canal anal y formadas por un engrosamiento de la mucosa en cuyo interior se encuentras venas y arteriolas que a medida que van aumentando de tamaño van saliendo del canal anal hasta aparecer por el exterior del ano, ya sea tras la defecación o al mínimo esfuerzo.

La manifestación clínica más frecuentes es el sangrado, habitualmente sin dolor. El dolor aparece cuando se complican por trombosis o prolapso, o cuando se asocia a otra patología anal como la fisura.

El diagnóstico puede hacerse con una historia clínica adecuada y con una inspección anal. Cuando existen antecedentes familiares de cáncer de colon o de pólipos colónicos, o sangrado por encima de 40 años debe completarse el estudio con una colonoscopia.

Inicialmente el tratamiento es médico, pero cuando las hemorroides se encuentran siempre fuera o están complicadas el tratamiento debe ser quirúrgico.

El problema fundamental de esta cirugía es el dolor postoperatorio. El ano presenta múltiples terminaciones nerviosas para poder discriminar entre gases y heces y permitir una continencia completa, por ello cualquier extirpación de una zona de la mucosa genera dolor.

Hay muchas creencias y medias verdades en cuanto a que tratamiento es mejor para la cirugía de las hemorroides. Lo básico es conseguir que tras la cirugía el paciente evolucione bien y no vuelva a tener problemas En relación con el dolor, actualmente disponemos de un arsenal terapéutico que permite un postoperatorio poco doloroso después de la hemorroidectomía.

FISURA ANAL

La fisura anal es una ulceración del canal anal que se produce habitualmente en pacientes jóvenes y genera mucho dolor. A veces el dolor es tan intenso que representa una urgencia quirúrgica.

Muchas veces se mal diagnostican, confundiéndolas con una hemorroide, y no se tratan de manera adecuada.

El síntoma principal es el dolor que aparece o inmediatamente tras la deposición o al cabo de pocos minutos acompañado a veces de sangrado. Generalmente una historia clínica adecuada permite el diagnóstico de sospecha que se confirma con la inspección del ano. No debe intentarse un tacto rectal en la exploración ya que es muy doloroso para el paciente.

Actualmente existe medicación que permite una relajación del músculo del ano y mejoran tanto el dolor como el sangrado. De todos los pacientes tratados médicamente el 60 % curan con tratamiento médico, aunque de ellos un 40 % volverá a presentar sintomatología en algún momento de su vida.

El tratamiento quirúrgico es simple y soluciona de manera rápida el dolor. Sólo debe utilizarse cuando un tratamiento médico bien llevado no ha resuelto el problema, ya que la cirugía puede producir algún grado de incontinencia (pérdida de heces o gases) en un porcentaje entre un 4-7 %.

ABSCESO PERIANAL

El absceso perianal es una infección de los tejidos blandos adyacentes al canal anal con la formación de una cavidad llena de pus.

Generalmente provienen de una infección en unas glándulas que se encuentran en el interior del ano a nivel de la unión de la piel con la mucosa del recto y que busca su salida a través de los tejidos blandos que rodean al ano.

El cuadro clínico es muy llamativo con dolor, enrojecimiento de la piel de la zona del ano y fiebre. Si se deja evolucionar terminará por drenar espontáneamente el pus al exterior.

En un primer momento se puede tratar con antibiótico, pero cuando existe una bolsa de pus por debajo de la piel se debe de abrir y drenar quirúrgicamente.

Una vez operado la mitad de los pacientes curaran de las heridas y no presentarán más problemas. En la otra mitad quedará un orificio externo que drenará pus continuamente o de manera intermitente convirtiéndose en una fístula perianal.

FISTULA PERIANAL

La fístula perianal consiste en un trayecto que va desde las glándulas existentes en el interior del recto, a nivel de la unión de la piel con la mucosa rectal, hasta la piel que rodea el ano, a mayor o menor distancia de él. Cuanto más lejos del ano se encuentre el orificio externo más difícil es la cura de la fístula.

Generalmente se inicia en forma de un absceso perianal que una vez abierto no termina de curar y comienza a manchar pus de forma continuada o intermitente.

En el tratamiento de esta enfermedad es importante conocer el trayecto de la fístula, la localización del orificio interno y especialmente su relación con los músculos que permiten cerrar el ano.

Un tratamiento inadecuado de la fístula puede condicionar la necesidad de varias cirugías, y puede terminar en una incontinencia anal con incapacidad para controlar las heces.

Por suerte la gran mayoría de las fístulas tienen un tratamiento simple, siendo las complejas poco frecuentes. Para la cirugía de las fístulas complejas se debe recurrir a un cirujano con experiencia en cirugía proctológica avanzada.